En el concello de Monterroso se alza la Iglesia de San Pedro de Vilanova, uno de los muchos ejemplos del románico rural gallego que podemos visitar en este municipio lucense.
Templo medieval con reformas más modernas
Construida en el siglo XII y reformada en el XVIII, esta iglesia conserva su esencia original, con detalles que reflejan el estilo de los primeros talleres románicos que trabajaron en Galicia. La planta de la iglesia es sencilla y funcional: una nave rectangular y un ábside más estrecho y bajo, que generan un interesante juego de volúmenes. Su estructura combina sillería de granito en el ábside y mampostería en los muros laterales, con una cubierta de teja curva típica de la zona.
Uno de los elementos más destacados de esta iglesia son sus canecillos, pequeñas figuras esculpidas en los aleros que muestran motivos animales, humanos y geométricos. Estas esculturas, algunas de ellas desgastadas por el tiempo, están relacionadas con las de otras iglesias cercanas, lo que sugiere la intervención de un mismo taller de canteros.
El interior del templo es sobrio, con una techumbre de madera a dos aguas y una iluminación tenue que proviene de saeteras y ventanas románicas. Destaca el arco triunfal, decorado con sencillas columnas y capiteles que evocan la influencia de la Catedral de Santiago en el diseño románico gallego. Para los interesados en detalles litúrgicos, la iglesia alberga una pila bautismal de granito, austera y funcional, que data del mismo periodo que el templo.