La Iglesia de San Salvador de Coruxo es un templo parroquial del término municipal de Vigo que es uno de los ejemplos mejor conservados dentro del arte románico que queda en la comarca viguesa, ejemplos que solo encontramos a mayores en Castrelos y en Bembrive.
Antiguo monasterio
El hoy templo parroquial de Coruxo fue en su día una iglesia perteneciente a un monasterio del que hoy ya no quedan restos. Fue levantada durante el siglo XII y estuvo bajo el dominio del monasterio benedictino dependiente de Celanova hasta bien entrado el XIV, momento en el que abandonan el lugar y la iglesia pasa a ser templo parroquial.
La iglesia actual tiene planta basilical y tres naves con sus correspondientes ábsides semicirculares. El central es más ancho y alto que los dos laterales. La iglesia ha ido sufriendo modificaciones con el tiempo, como el tapiado de las ventanas que formaban parte del ábside central o la apertura de dos nuevas a los lados del presbiterio, una modificación esta última que rompe algo con la harmonía románica del conjunto.
Mejor fueron tratadas las luciérnagas de los presbiterios laterales. Sin embargo, la que se encuentra junto al Evangelio está algo modificada al haber perdido los fustes de sus columnas. Además de los ábsides, otros de los elementos mejor conservados de su fábrica original son los canecillos que decoran la cornisa y de diferentes temáticas.
Modificaciones
Como es habitual en la mayor parte de los templos románicos gallegos, la estructura de la iglesia está bastante modificada con respecto a lo que era su fábrica original. Fachada principal no es la del siglo XII, aunque mantiene la austeridad y un estilo similar al románico.
La portada es sencilla y de arco de medio punto y en lo alto de la fachada le da más talla a la iglesia una espadaña de dos cuerpos con doble campana y rematada cruz de piedra. A los lados de la fachada decoran la estructura dos pináculos cónicos rematados en esfera.
El conjunto de la iglesia parroquial de San Salvador de Coruxo se completa en el atrio del templo con el busto del párroco José Rivas González, una fuente de agua y un cruceiro justo delante de su portada. Una pequeña escalinata nos da el acceso hasta el templo.