Ubicada en la tranquila parroquia de Pedraza, en el municipio lucense de Monterroso, la Iglesia de Santa María es un testimonio vivo de la evolución arquitectónica a lo largo de los siglos.
Templo románico alterado en el siglo XIX
Aunque conserva restos de su estructura románica original, las reformas del siglo XIX han moldeado su aspecto actual, otorgándole una mezcla única de estilos que la hacen especialmente interesante para los amantes del patrimonio histórico.
El edificio, de planta de cruz latina, cuenta con una nave rectangular dividida en dos tramos, brazos cortos y un presbiterio cuadrado. En su interior destacan dos retablos laterales de estilo neoclásico que contrastan con la sencillez de sus muros de mampostería y sillería. La cubierta de teja a dos aguas y la espadaña de dos cuerpos, coronando el frontis, le confieren un aire rústico y encantador.
Uno de los elementos más antiguos de esta iglesia son los cinco canecillos románicos que han sobrevivido al paso del tiempo. Estos pequeños soportes tallados, ubicados en el muro norte, muestran motivos geométricos de notable singularidad: desde voluminosas bolas hasta cilindros superpuestos. A pesar de las transformaciones sufridas, estos detalles permiten imaginar cómo era el templo en sus orígenes, posiblemente del último cuarto del siglo XII, según los estudios realizados en comparación con construcciones similares de la zona de Chantada.
La Iglesia de Santa María también guarda sorpresas, como una saetera recientemente descubierta, oculta durante años y redescubierta por el párroco local. Este hallazgo refuerza su valor histórico y arqueológico, convirtiéndola en un lugar que merece ser visitado por quienes buscan rincones cargados de historia y misticismo en Galicia.