En el concello de Taboada, en la provincia de Lugo, se ubica la Iglesia de Santa María de Piñeira, un templo románico rural que combina sencillez y grandeza.
Grande para su época
Este templo, que sorprende por sus dimensiones mayores a las típicas de la época, refleja la influencia monástica en su diseño. En general, por sus diferentes elementos medievales conservados, los expertos datan esta iglesia entre finales del siglo XII y el arranque del XII.
La estructura principal consta de una única nave con una cabecera semicircular, precedida por un tramo recto. Su exterior llama la atención por el robusto trabajo en granito, con muros formados por sillares perfectamente alineados y coronados por tejados a doble y cinco vertientes. Además, la sacristía, añadida en una época posterior, se integra de manera armónica en el conjunto.
Uno de los detalles más destacables de esta iglesia son las decoraciones de los capiteles y los arcos. Sus motivos vegetales, que incluyen hojas esculpidas con gran detalle, rematan en bolas y volutas, reflejando un estilo típico de talleres locales influenciados por la escuela del Mestre Mateo. Las ventanas del ábside también son dignas de mención, con arcos de medio punto decorados con delicadas chambranas jaqueladas, elementos que aportan un toque distintivo al edificio.
El interior, aunque sobrio, revela el paso del tiempo y las transformaciones realizadas en distintas épocas. Desde las saeteras parcialmente modificadas hasta la cubierta de madera de la nave, todo cuenta una historia que conecta el presente con el pasado medieval.