La iglesia parroquial de San Francisco o de Santiago, en Viveiro, perteneció en el pasado a un antiguo convento franciscano cuyo origen está datado en el siglo XII. Está considerada como Bien de Interés Cultural y hoy es el principal templo religioso de la zona histórica viveirense. El conjunto monumental que forman la iglesia y el convento anexo está declarado Conjunto Histórico Artístico y Monumento Nacional.
El antiguo convento
Del antiguo convento se sabe que su origen está, como ya hemos dicho con anterioridad, en el siglo XII. Del convento, al margen de la iglesia que todavía sigue funcionando y que ha sido reformada, se conserva aun el antiguo claustro. Éste fue levantado en el siglo XVII en un estilo renacentista tardío y dispone de dos cuerpos. En la parte baja destacan los arcos sobre pilastras y en la segunda los dinteles.
Pocos restos quedan visibles de la época originaria más allá de una puerta y tres arcos que habían quedado ocultos en reformas posteriores y que no se redescubrieron hasta mediados del siglo XX (1945) luego de unas obras de reforma ejecutadas en el convento.
Hoy este lugar es espacio de convivencia para varias asociaciones socio-culturales y cuenta también con locales de exposición que recogen imágenes procesionales de la Semana Santa.
La iglesia
La iglesia parroquia de San Francisco es una obra del siglo XIV y cuenta con una nave única con planta de cruz latina. La iglesia es de estilo ojival y cuenta con uno de los ábsides más representativos de Galicia de este tipo de arquitectura.
La portada principal, de estilo gótico, recibe al visitante con tres arcos, uno principal de acceso al templo y dos menores que lo flanquean y que hoy están cerradas por unas rejas metálicas. Estos arcos menores fueron en el pasado los que daban acceso a las capillas de San Luis y de San Juan Bautista.
En cuanto al interior de la iglesia lo más importante son sus retablos. El retablo de la capilla del baptisterio es una obra renacentista que se trajo desde Holanda y el de la capilla de la Orden Tercera es también de gran belleza por su estilo barroco del siglo XVIII y la imagen de la Dolorosa ocupando la parte central.
También son significativos los sepulcros que de personalidades cuyos restos mortales descansan en el templo; los de la Beata Constanza de Castro y el de Nicomedes Pastor Díaz. La iglesia cuenta también con algunas vitrinas en los laterales con reliquias y fósiles de Santos Mártires.