El concello de Cualedro tiene una rica historia que se manifiesta en sus múltiples estaciones arqueológicas en las que podemos conocer la historia de la región a través de los castros o los lagares rupestres. Un lagar rupestre es una estructura primitiva asociada a cómo el hombre hace siglos aprovechaba lo que la naturaleza ponía a su alcance para modificar la roca y con ello obtener las herramientas necesarias para la explotación vinícola.
Actualmente hay conocidos e investigados hasta cuatro lagares en Cualedro, todos ellos de datación precisa desconocida, pero que muchos estudiosos sitúan en la Edad Media, etapa anterior a la afloración de las bodegas primitivas y que evolucionaron a las que hoy ya conocemos desde el siglo XVII en adelante.
Lagar de A Baira
El caso del Lagar de A Baira es especialmente notable por una seña diferencial. Y es que lo habitual es que los lagares sean independientes y unitarios, pero en el caso de A Baira son hasta tres los lagares que forman parte del conjunto. Estos lagares rupestres de prensado de la uva se ubican en un plano en la roca de granito, a la altura del firme.
Lagarde San Martiño
Es este un lagar rupestre que los estudiosos han catalogado dentro de la tipología de lagar de pisado y este calcatorium en el que la uva era pisada esta canalizada para llevar el mosto hay un pio excavado en forma semicircular imperfecta. Se aprecian también unas muescas en la roca que se creen son fruto de los negativos de unas espalderas que afianzaban el mecanismo.
Lagar do Trugán
El caso del Lagar do Trugán es diferente por tratarse de una estructura inacabada. El trabajo de excavación en la roca, una mole de granito que se levante un metro aproximadamente del suelo, se quiso adaptar a las propias formas y características de la roca y la morfología del terreno. Se sabe que está inacabado porque la parte del lagar en la que se prensaba la uva no está canalizada y eso impedía que el líquido resultante del prensado se pudiese decantar después para finalizar el proceso de recogida del mosto.
Lagar de A Pedrosa
Es el único de los cuatro lagares rupestres descubiertos en Cualedro que se encuentra en terreno privado, por lo que se necesita una autorización para la visita. Nuevamente hablamos, como en el caso del Lagar de San Martiño y el de Trugán, en una roca de granito que se alza unos centímetros sobre el nivel del suelo. Se cree también que era un lagar de pisado con una zona de trabajo de 130 centímetros de ancho y de largo, por más de diez de profundidad. Tal y como ocurre con el caso de Trugán, tampoco se ha encontrado canalización de decantación.