Las minas de wolframio de Gomariz, en Baltar encierran una fascinante historia marcada por la 2ª Guerra Mundial. Durante este periodo, la región fue clave para la extracción de minerales estratégicos para el material bélico.
Hoy en ruinas
Situada en la Serra de Gomariz, la mina de Gomariz, a 1.000 metros de altura, alberga vestigios fascinantes. Las ruinas, incluyendo estructuras parcialmente conservadas como la torre de carga y las tolvas, revelan la complejidad y el ingenio de la actividad minera de esa época.
Eran precisamente los alemanes, a través de empresas como Montana S.A., quienes controlaban la explotación de wolframio y casiterita en este lugar. Aunque estas minas ya tenían un pasado prerromano y habían sido explotadas anteriormente, fue en esta funesta época bélica del siglo pasado cuando la producción se intensificó significativamente tras iniciar los trabajos de extracción cerca del año 1920. Se calcula que quedaron en desuso hasta los años 60, si bien ya en 1944 se paró la producción de wolframio para centrarse en la explotación de casiterita.
Montana S.A. fue la primera empresa en hacerse cargo de la explotación, seguida por otras financiadas por el dinero de los nazis. Cerca de trescientos trabajadores locales se involucraron en estas minas en su apogeo. Estas minas muestran seis edificaciones en ruinas, entre ellas una torre de carga desde donde se transportaba el material mediante raíles y vagonetas.
Aunque en la actualidad se encuentren en estado de ruina, estas estructuras desempeñaban roles clave en el proceso de extracción cuando la mina estaba a pleno rendimiento. La torre de carga, las tolvas y los estanques muestran la complejidad de la operación minera de la época. Aunque la maquinaria y otros elementos han desaparecido, los restos en Gomariz ofrecen una ventana al pasado industrial y minero de la región.
La torre de carga o castillete de carga, pese a no estar en el mejor estado, todavía mantiene su altura de unos diez metros y conserva el arco por de la estructura de piedra, es uno de los elementos significativos del conjunto minero.
¿Cómo llegar?
Acceder a las minas de Gomariz no es complicado. Una pista relativamente accesible lleva a las áreas de extracción y las primeras estructuras, permitiendo a los visitantes sumergirse en esta historia fascinante de la explotación minera durante la guerra.
Hay una ruta de dificultad media y poco más de seis kilómetros de recorrido que nos lleva desde la Escuela de Gomariz a conocer este asentamiento minero y ruinas de la explotación en un paseo circular que se puede hacer tanto a pie como en bicicleta.