En el municipio de Padrón, concretamente en Aldea Rego da Manga 55, se encuentra situado el Convento de San Antonio de Herbón. Es un conjunto arquitectónico perteneciente a la comunidad franciscana y que está declarado como Bien de Interés Cultural (BIC) desde el año 2013. En los meses de verano el monasterio es lugar de acogida para algunos de los peregrinos del Camino de Santiago en una parte de sus instalaciones.
Historia del Monasterio
El Monasterio Franciscano de Herbón fue fundado en 1396 por Gonzalo Mariño y Pedro de Nemancos gracias a las donaciones de Fernando Bermúdez de Castro y los canónigos de la Colegiata de Iria Flavia. La importancia de la construcción con el paso de los tiempos pudo financiar diferentes reformas y fases constructivas, por lo que de su construcción original quedan muy pocos elementos. Es ya en el siglo XVII cuando el edificio sufre una importante ampliación y gana en poder y en autonomía.
A lo largo del tiempo el monasterio ha tenido diferentes usos, en un primer momento se dedicó a la observancia franciscana, posteriormente funcionó como colegio seminario de misioneros (de 1701 a 1985), así mismo sirvió como cárcel para liberales. También fue seminario menor durante el siglo XIX.
Como dato curioso, y aunque los franciscanos no lo reclaman, la historia cuenta que fueron ellos quienes trajeron de América la planta de los pimientos, siendo éste el germen de uno de los productos estrella de la zona, los pimientos de Padrón o pimientos de Herbón. Los citados franciscanos dejaron el convento en el año 2013 después de seis siglos de asentamiento en la comunidad.
¿Cómo es el monasterio?
Para llegar hasta el monasterio hay que descender por una larga y empinada rampa y varios escalones y nos encontramos con su sobria fachada y con su hermosa torre-campanario. La construcción es su mayoría del siglo XVIII, siendo solo anteriores el claustro, el comedor de los frailes y los dormitorios.
En su interior destacan las tallas escultóricas de Gambino, que conserva el retablo del altar mayor realizado por Benito Collazo. El conjunto se rodea por una muralla con una longitud de casi 825 metros. Sobresale su Claustro, la dependencia del Arzobispo o el hermoso retablo obra de Jacinto de Barrios. Son piezas también destacas del interior del templo religioso el coro alto y el órgano de 1732 que pone las notas musicales en las ceremonias religiosas. El órgano fue restaurado el pasado siglo XX.
Hay visitas guiadas por el entorno que incluyen la propia iglesia y también diferentes espacios del convento, sus jardines o la salida hacia las pesqueiras del Ulla. En el jardín destacan sus camelias y también una gran palmera que está catalogada como árbol singular de Galicia. Tampoco podemos olvidarnos de la fuente de San Bieito (reformada 1786), con una figura de San Francisco de la que sale agua por el pecho.