En las inmediaciones de San Miguel de Taboadela se encuentra un pequeño montículo de 453 metros conocido como Monte do Castro. Este sugiere la posible presencia de restos de un antiguo poblado castrexo, aunque actualmente no son visibles.
Monumento a la familia
El Monte do Castro de Taboadela ha evolucionado con el tiempo y hoy en día se presenta como un área de recreo con un destacado monumento erigido en 1994. La obra, a cargo del escultor local Xosé Cid, rinde homenaje a la familia.
Desde lo alto de este monte, se pueden apreciar también unas impresionantes vistas del valle de A Rábeda. En las cercanías de la cima, se encuentra una modesta capilla conocida como la de San Xoán.
El Monte do Castro, con su posible pasado castrexo, hablan de una pasado con vida en el lugar que queda patente con la presencia cercana de algunas cazoletas (petroglifos) talladas en una piedra.