La parroquia de Fazouro se encuentra en el municipio de Foz, en plena Mariña Lucense. En esta zona se conservan los restos de un antiguo castro que permaneció habitado durante los tres primeros siglos de nuestra era. Los restos se encuentran bien conservados y musealizados y desde la zona se puede disfrutar de unas hermosas vistas al Mar Cantábrico.
Los restos del castro
Todos los restos que han sido encontrados en el Castro de Fazouro, muy cerca de la conocida playa de Arealonga, caminan en la dirección de sacar a la luz la convivencia que durante algunos años existió entre la población castreña y la romana.
Actualmente el Castro de Fazouro es el único hallazgo de estas características que se puede visitar dentro de lo que es la costa norte de la península ibérica. Tiene forma de pentágono y la parte conservada mide aproximadamente unos 300 metros cuadrados, si bien puede no ser esta la superficie real del castro original, pues se cree que algunas partes del mismo han desaparecido fruto de la erosión lógica de un castro tan próximo al mar. Se habla entonces de unas dimensiones reales de más de 700 metros cuadrados.
La población fue abandonando el castro tras el aumento de las incursiones marítimas por parte de pueblos invasores y saqueadores, por lo que la gente se fue hacia el interior para sentirse más a salvo.
Excavaciones
Los trabajos arqueológicos llevados a cabo en el castro comenzaron en el año 1963 y de manera intermitente se fueron extendiendo a lo largo de la segunda parte del siglo XX hasta comienzos de los 90. La zona fue declarada como Bien de Interés Cultural en el año 2017.
Gracias a los trabajos arqueológicos llevados a cabo en el lugar se ha podido descubrir parte de la muralla que rodeaba as castro, el foso y muchas de las viviendas. Estas viviendas no tienen la forma redondeada tan característica de otros castros de Galicia, sino que todas, menos una más ovalada, son de forma rectangular. Estas formas pueden ser por la influencia romana en la construcción de las viviendas. El uso de la pizarra como elemento constructivo es también llamativo, así como los indicios de la existencia de un molino circular.
Cabe decir que los trabajos llevados a cabo en este castro se han centrado sobretodo en su zona norte, donde se pueden distinguir zonas habilitadas para el trabajo o incluso estructuras que hacen pensar que alguna de las viviendas pudiese tener hasta dos alturas. En cuanto a los restos encontrados en el lugar, se han desenterrados monedas romanas, restos cerámicos y algunos restos orgánicos que reflejan las ocupaciones de las gentes que habitaron el castro, relacionadas en su mayoría con la ganadería y el mar.