Gargamala es una parroquia del ayuntamiento de Mondariz. En este lugar encontramos un espacio montañoso de no más de 500 metros de altura que los habitantes prehistóricos de Galicia emplearon para dejar las marcas de su paso por este territorio. Hablamos de los petroglifos de Gargamala, una serie de marcas en las piedras que hay por cientos en esta sierra y que han sido objeto de estudio y puesta en valor. Esta zona fue declarada como Bien de Interés Cultural en el año 2013.
Más de 4 milenios
La amplia colección de petroglifos de Gargamala se sitúan unos 4000 años atrás en el tiempo y en un espacio no muy amplio de extensión podemos ver un buen número de grabados en piedra con diferentes formas y diseños.
Entre los grabados en piedra no falta los motivos clásicos en forma de círculos concéntricos o las cazoletas, también las cruces y las formas zoomorfas que forman parte de este paisaje prehistórico de Mondariz y que se distribuyen en diferentes paradas: O Campado, Campo Redondo, Os Rochos, Escornabais.
No se trata de una serie de petroglifos localizada, sino que los grabados en piedra aparecen diseminados por varias formaciones rocosas y hay que estar muy atento para localizar todas las señales de arte rupestre del lugar, pues no son pocas y están presentes en muchas estaciones diferentes.
Conocer los petroglifos
Una visita a esta zona para conocer este trozo de historia presente en Gargamala te permitirá descubrir que este pedazo de historia presente en Mondariz no está tan puesto en valor y potenciado como sí ocurre en otros lugares de Galicia con importante representación de arte rupestre.
La mejor manera de llegar hasta los petroglifos es hacerlo a pie. Hay una pista forestal que hace un recorrido por la zona de grabados. La señalización es escasa y puede resultar complejo localizar los petroglifos, muchos de los cuales permanecen ocultos al ojo por la vegetación y los tojos que puebla las montañas y que incluso en el pasado fueron motivo de su deterioro al arder durante un gran incendio que asoló 150 hectáreas de los montes de Mondariz en el año 2018 y que obligó incluso a restaurar e intervenir en algunos de los grabados, un trabajo hecho por la Escola Superior de Conservación y Restauración de Bens Culturais de Galicia.