En la Plaza de Santa María de Lugo se encuentran los restos de lo que fue una antigua piscina romana del siglo IV, uno de tantos vestigios de lo que fue la gran ciudad romana que hoy es Lugo.
Una ventana a la historia
En los años 70 fue descubierta esta piscina romana en la ciudad de Lugo, aunque durante un tiempo volvió a permanecer oculta a locales y visitantes para su mejor conservación. No fue hasta el año 2004 que se decidió poner en valor el lugar y musealizarlo. Esto se hizo en 2011 a través de una venta arqueológica que permite ver la piscina a través de los cristales del suelo.
Esta piscina del siglo IV cuenta con dos ábsides, uno de los cuales dispone de escaleras para bajar hasta la propia piscina. Se conserva todavía la decoración original con teselas de colores negros y grises a modo de mosaico. El tamaño de la piscina es de 1,80 por 3,5 metros y podía albergar hasta 4.000 litros de agua.
Existen varias teorías al respecto de esta piscina. Algunos apuntan a que formaba parte de un complejo termal más grande o de un balneario doméstico. Otras que formaba parte de las instalaciones de un baptisterio paleocristiano.