La compostelana Plaza de la Azabachería debe su nombre al gremio de los azabacheros que tanta fama dieron a la artesanía de Santiago de Compostela. También es conocida como Plaza de la Inmaculada. La fachada norte de la catedral da hacia esta plaza singular de la zona monumental de la capital gallega.
Singulariza esta plaza el servir de espacio intermedio entre la fachada norte de la Catedral y la entrada principal del Convento de San Martín Pinario.
En una de las alas laterales de la plaza se hallan sitios de ventas de recuerdos de Santiago.
La plaza y la catedral
Hacia la Plaza de la Azabachería da una de las fachadas de la Catedral de estilo barroco-neoclásico, rematada con una escultura de Santiago Apóstol. En esta fachada está la puerta de la catedral que es la primera que se encuentran los peregrinos en su bajada del último tramo del Camino de Santiago en sus vertientes francesa, inglesa, norteña y primitiva.
En el siglo XVII debido a un incendio se derribó la antigua portada románica, algunos de los relieves que se rescataron están hoy en Platerías, y se sustituyó por la fachada barroca y neoclásica que se construyó entre los años 1757 y 1770.
El cuerpo inferior de esta fachada está diseñado por Clemente Fernández Sarela y en él llaman la atención los dos escudos arzobispales. El cuerpo superior, por su parte, fue obra de Domingo Lois de Monteagudo y se aprecian trazas de estilo jónico en un espacio en el que llama la atención la representación de la fe que se muestra con una venda en los ojos.
La Puerta del Paraíso
En la Plaza de la Azabachería estaba la original puerta románica, llamada Puerta del Paraíso, que era la entrada principal de los peregrinos, que se desprendían de sus ropas a los pies de la "Cruz dos Farrapos", que tomaría su nombre de los harapos que allí dejaran los peregrinos.
El Códice Calixtino recoge la puerta de esta plaza como la de entrada principal de los peregrinos a la catedral en la Edad Media. Se nombraba esta puerta como una creación hecha en mármol en el que se podían ver imágenes del Génesis. También había en esta plaza antiguamente la conocida como Fons Mirabilis, una fuente que ya no se encuentra en este emplazamiento al haber sido trasladada al claustro de la Catedral. Esta fuente era especialmente significativa en la época pues daba la oportunidad a los peregrinos de un último aseo antes de entrar en el templo luego de su largo camino.