El Puente de Carracedo es una estructura de piedra que cruza el río Neira y es emblemática en el municipio de Láncara ya que refleja el patrimonio histórico de Galicia.
Desde tiempos romanos hasta nuestros días
El origen del Puente de Carracedo se remonta a la época romana, integrado en una calzada que conectaba la Meseta con Lugo. Testigo del trasiego de viajeros y peregrinos hacia Santiago de Compostela por el Camino Francés o Primitivo, también funcionaba como punto de recaudación de portazgo, evidenciado en el escudo del ayuntamiento.
Construido en el siglo XVI sobre los cimientos romanos, mide 62 metros de longitud, 3,5 metros de ancho y alcanza una altura máxima de 9 metros. Consta de cuatro arcos de medio punto, siendo los dos más pequeños los que conservan elementos romanos, como símbolos y cruces grabadas en algunos sillares. El arco principal está flanqueado por un tajamar contracorriente y dos contrafuertes río abajo. Su forma distintiva, semejante a un lomo de mula, realza su singularidad.
Ubicado en un paisaje rural de gran esplendor, donde el verdor de la flora contrasta con las aguas del río, invita a disfrutar de paseos serenos y momentos de relajación. Cerca del puente, una construcción del siglo XIX o anterior, que antaño fungió como posada, aporta un toque histórico. En su centro, un templete solía albergar la imagen de San Miguel, el patrón de Láncara.