El Puente del Milenio es uno de los puentes más peculiares y populares de la ciudad de Ourense. Una moderna solución al tráfico que tiene un diseño vanguardista y que fue construido tras el cambio de milenio, en el año 2001. Por su curiosa forma, hay quien lo conoce también como el puente de la gaviota.
Un trabajo de más de dos años
El puente del Milenio tardó 28 meses en ser una realidad. El ayuntamiento de Ourense decidió en el año 1998 que el Puente Mayor ya no sería apto para la circulación en coche y para dar una solución al tráfico rodado se puso en marcha el proyecto del nuevo puente. En 1999 se inician las obras y el 1 de septiembre del 2001 fue inaugurado el Puente del Milenio.
El ingeniero Juan M. Calvo fue el encargado de sacar adelante la obra de este proyecto, con un diseño a cargo del arquitecto Álvaro Varela. El puente está hecho en hormigón y acero y mide 275 metros. Consta de 4 carriles interiores, dos por sentido y unos arcenes peatonales a sus márgenes. El vano central del puente mide 36 metros y cuenta con un sistema de tirantes pareados de acero.
Toda la composición del puente para coches y las pasarelas peatonales laterales con forma de onda en los laterales se refuerzan con una cuidada iluminación que le da otra cara al puente cuando cae la oscuridad de la noche.
Las obras ejecutadas en el lugar para dar vida a este puente acabaron por modificar un poco el curso del agua en el descenso del río y unos metros más abajo se ha formado desde entonces la conocida como la Ola del Milenio, una corriente de agua que en la ciudad de As Burgas ha sabido aprovecharse para sacarle partido en la realización de deportes náuticos.
Un paseo exigente
Pero si algo llama la atención del Puente del Milenio es su impresionante pasarela peatonal que lo circunda, un pequeño paseo que exige un esfuerzo al peatón que espera recorrerlo. Pues cuenta con nada menos que cien escalones que suben y bajan por motivos más estéticos que funcionales. Desde arriba se puede disfrutar de unas preciosas vistas por encima del nivel de la carretera, en su parte más baja veremos las aguas del río Miño desde otra perspectiva diferente.
En total hablamos de una pasarela peatonal de unos 22 metros que permiten disfrutar del río que vertebra la ciudad de As Burgas desde una perspectiva inédita hasta entonces.