El Puente metálico de O Vicedo, también conocido como Puente do Barqueiro cruza el río Sor y comunica las localidades de O Vicedo y Mañón, a la altura de la parroquia de Barqueiro. Hay también quien lo conoce como a Ponte Vella por tratarse de una construcción del año 1901.
La unión entre dos provincias
A través del Puente Metálico de O Vicedo se puede cambiar de provincia en Galicia, pues el río Sor actúa en esta zona como frontera natural entre Lugo y A Coruña en un punto cercano a su desembocadura en la ría de O Barqueiro. El puente de O Vicedo está compuesto por tres tramos idénticos de hierro forjado con una longitud y mide unos 7 metros de ancho. Toda la estructura descansa sobre unos pilares de hormigón y piedra de sillería.
Durante muchos años éste fue un puente de tráfico compartido entre peatones y tráfico rodado, pero con la construcción de otros puentes en la zona y las restauraciones posteriores el puente quedó exclusivamente pensado para ser cruzado peatonalmente.
El puente fue objeto de numerosos cambios y restauraciones en la historia. Las más importantes tuvieron lugar en la década de los 70 y ya bien entrado el siglo XXI. Las primeras restricciones por su deterioro en los 60 se centraron en limitar el peso del tráfico rodado con permiso para cruzarlo y ya en los 80 se decidió cerrar el puente definitivamente al tráfico rodado y dejarlo para el tránsito peatonal en exclusiva. En el año 2005 fue sometido a una profunda restauración que afianzó su funcionalidad peatonal con la retirada de los voladizos laterales y la renovación de barandillas y pavimentos.
El puente en la historia
El puente metálico de O Vicedo fue inaugurado en el año 1901, pero el proyecto para su construcción comenzó algunos años antes. El ingeniero Adolfo Pequeño fue quien inició las tareas de diseño del puente original mediante el cual se esperaba dar una solución a toda esa gente que necesitaba recurrir al barco para cruzar la ría e ir desde la comarca de Viveiro a la de Ortigueira.
Los trabajos de diseño arrancaron en 1880 y once años después se iniciaron las obras en el lugar que hoy ocupa el puente. Dichas obras todavía se prolongaron más en el tiempo y el relevo de Eugenio Van de Eyde como primer responsable de la obra lo tomó en el 94 José Real introduciendo cambios en el diseño anterior. Con todas estas modificaciones fue finalmente una empresa catalana, La Maquinista Terrestre y Marítima la que se puso manos a la obra desde 1895 hasta el año de su inauguración, ya en el siglo XX. El coste de obra superó el medio millón de pesetas.
Como ocurre con otros tantos puentes españoles, el Puente metálico de O Vicedo fue también desgraciado escenario de fusilamientos durante la Guerra Civil Española. Es por eso que todos los años se celebra un acto de homenaje en esta ubicación en recuerdo de los republicanos que fueron fusilados en el verano del año 36.