En la localidad de Padrón se encuentra uno de los lugares más significativos del Camino de Santiago; Santiaguiño do Monte y su capilla. Este es un lugar de culto religioso y parada obligada para los miles de peregrinos que recorren el camino cada año.
La Capilla
No se sabe a ciencia cierta la primera fecha de edificación de la Capilla de Santiaguiño do Monte, pero sí que fue reconstruida en el siglo XV por orden de Rodrigo de Luna, de ahí el escudo del arzobispo que se puede ver en la fachada.
Lo primero que llama la atención de este templo es su entrada, pues no se hace por la puerta principal, sino por uno de sus laterales. La antigua entrada, situada en el lado este del templo, cuenta con un relieve en el que se puede ver al Apóstol Santiago bautizando a la reina Lupa.
Una vez dentro delo templo, puedes ver un altar único en el que la imagen en piedra del apóstol preside el lugar. La imagen no se encuentra en las mejores condiciones de conservación, pues los constantes roces y visitas de los peregrinos la han desgastado con el paso de los siglos.
El canónigo de Iria, San Gregorio, fue el responsable de financiar con fondos propios la ermita y las casas par acoger a familias sin recursos en la zona. Es por eso que su sepulcro se encuentra sitiado en el templo.
El camino a Santiaguiño
Para ascender a la cumbre del Monte Santiaguiño partiremos desde el Convento del Carmen por medio de unos trescientos escalones, cantidad que no ha de amedrentarnos pues nos aguarda un hermoso paraje. Además, ha de animarnos el dicho popular que asegura que quien sea capaz de subirlos todos de una sola vez, sin pararse, no morirá durante el transcurso de ese año.
En la ladera oriental del monte San Gregorio se alza la ermita de Santiago a 229 metros de altitud, templo muy unido a las rutas jacobeas, ya que los peregrinos completan aquí el Camino de Santiago, honrando al Apóstol en la pequeña capilla. Después del ascenso, el visitante puede reponer sus fuerzas bebiendo del agua de la fuente que se halla frente a la capilla. De esta misma fuente dice la creencia popular que bebió Santiago Apóstol, quien horadó con su Báculo para demostrar su capacidad de realizar milagros. La leyenda cuenta que el apóstol golpeó con un bastón en la tierra y tras esto comenzó a manar el agua que años después utilizaban muchos peregrinos para lavarse bien antes de encarar el último tramo del Camino.
Justamente al lado de la fuente se puede observar la entrada a unas cuevas en las que se hallaron pinturas de la época romana.
El Promontorio del Apóstol
También de forma próxima a la capilla se encuentra un amontonamiento de piedras, donde se origina la devoción por Santiaguiño do Monte. Según cuenta la creencia popular Santiago Apóstol predicó sobre estas piedras a su llegada a Galicia. Se cree que ese lugar fue en el que el apóstol se escondió de sus perseguidores; por ello persiste la tradición de pasar por la piedra para solicitar los favores del santo. Esto exige de nuevo estar en posesión de una buena forma física y, otra vez, quien logre pasar por todas las piedras alcanzará la gloria de forma directa.
El promontorio del apóstol consta de una decena de piedras de considerables dimensiones y que no guardan ningún orden en particular. Justo en la parte central está colocada una imagen de Santiago predicando y un cruceiro. Antiguamente había también un altar de piedra en el lugar, pero fue perdido en el siglo XIX. Hablamos de unos de los yacimientos arqueológicos de mayor significación dentro de la cultura jacobea. También en su proximidad está la considera como la “Cama del Santo”, una piedra sobre la que se decía que dormía el Apóstol.
La visita al santuario de Santiaguiño de Monte tiene una gran tradición y no sólo en la comarca, sobre todo para acudir a la concurrida romería que tiene lugar el 25 de julio. Bien sean peregrinos, devotos o simples visitantes, todas aquellas personas que se animen a acercarse a este emblemático lugar disfrutarán del descanso que ofrece un área recreativa de dos hectáreas de extensión, así como de las vistas sin par que se pueden observar desde los miradores.