En la localidad de Rairiz de Veiga, más concretamente en la parroquia de Saínza de Abaixo, encontramos uno de los Monumentos Naturales más interesantes de toda Galicia, la Carballa da Rocha. Un ejemplar de roble de gran volumen y longevidad que forma parte de la reserva de la biosfera del área de Allariz.
El árbol
El carballo es la forma en la que en gallego se conoce al roble y el hecho de que se haya convertido al femenino este ejemplar es debido a que así es como se denomina a los ejemplares que presentan unas características concretas en cuanto a longevidad y tamaño de tronco y copa.
La Carballa da Rocha tiene unas características muy especiales que le han servido para convertirse en Monumento Natural en el año 2007 y también en árbol singular. Mide 6,90 metros de perímetro y alcanza hasta los más 30 metros de altura máxima en las dos bifurcaciones de anchas ramas que nos encontramos si recorremos su ancho tronco. Estas dos grandes ramas nacen a partir de los siete metros del tronco. De ahí para abajo está libre de ramas.
Hablamos por tanto de un árbol de características imponentes que forma parte de la lista de los robles de mayor tamaño de toda España e incluso de todo el viejo continente. Importante es decir también que su estado de conservación es bueno.
Si hablamos de longevidad, las estimaciones apuntan a un roble con más de 300 años de edad, algunos van más allá y extienden su longevidad hasta los 5 siglos. Es por eso que se vincula este gran árbol a la propia historia del lugar en el que se ubica, muy próximo a la capilla de la Virgen de las Mercedes. El entorno, de poco más de media hectárea, es también importante pues la Carballa da Rocha convive rodeado de otros ejemplares de árboles también centenarios que pueblan las seis fincas colindantes.
Romería
La zona que ocupa la Carballa da Rocha y a la que da sombre se convierte cada 24 de septiembre en campo de fiesta al ser el lugar escogido para una romería justificada por las fiestas patronales de esta localidad.
No es una romería más, sino que tiene la particularidad de ser una de las pocas fiestas en Galicia en la que se lleva a cabo una representación histórica de las batallas entre moros y cristianos que se vivieron siglos atrás por toda la península. No en vano, esta fiesta está incluso considerada como de Interés Turístico en Galicia por lo particular de la representación y también por lo mágico y especial del lugar en el que se representa, con la imagen icónica del gran carballo siempre presente.