Una de las peculiaridades de Vilamartín de Valdeorras son sus pequeñas bodegas en forma de cuevas que son la principal atracción turística de este concello de relevancia en el turismo enológico.
Medio centenar
Las Covas de Vilamartín son las pequeñas cuevas que fueron acondicionadas y preparadas como bodegas. Estas cuevas reúnen todo lo necesario para la correcta conservación del vino en una zona en la que la economía de la industria vinícola resulta fundamental. En total hay cerca de medio centenar de pequeñas bodegas en forma de cueva.
La importancia de las Covas de Vilamartín es tal que cada mes de agosto se celebra desde hace más de dos décadas una fiesta en su honor con una ruta para parar por las diferentes bodegas en las que los coveiros son fundamentales para dar lustre a esta fiesta del vino local en una zona, la de Valdeorras, con Denominación de origen propia.