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Descubre Ponte Caldelas Que ver y que hacer en Ponte Caldelas (37)

Descubre que ver y que hacer en Ponte Caldelas y los lugares mágicos que no te puedes perder. Información detallada, localizaciones y mucho más.

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Qué ver y hacer en Ponte Caldelas. No te pierdas el entorno del río Verdugo y una importante área arqueológica

Si te gusta la naturaleza, las regiones fluviales y la tranquilidad, Ponte Caldelas puede ser el lugar ideal para tu próxima visita. Conocido por el paisaje que forma el río Verdugo y la famosa playa fluvial, este rincón gallego ofrece rutas de senderismo, cascadas escondidas y una rica herencia cultural que invita a ser descubierta a cada paso. Si quieres conocer a fondo el municipio, estas son las recomendaciones que tenemos para ti de los lugares de Ponte Caldelas que no te puedes perder.

Lo que el Verdugo tiene que ofrecer

En torno al río Verdugo a su paso de este por Ponte Caldelas tenemos mucho que decir y mucho que enseñar, pues en una ruta turística por Ponte Caldelas, el entorno de este río es un lugar a explorar. El entorno del río Verdugo en Ponte Caldelas es un paraíso natural que invita al relax y la aventura. Su pasarela peatonal de madera, sostenida por arcos elegantes, ofrece unas vistas únicas del río mientras conectas con la naturaleza. A orillas del Verdugo se extiende la playa fluvial de A Calzada, un área de baño de aguas cristalinas rodeada de frondosos bosques autóctonos. Con zonas diferenciadas para adultos, niños y mascotas, es un espacio perfecto para disfrutar en familia. Además, el sendero galardonado con el distintivo "Sendeiro Azul" recorre la ribera del río, brindando la oportunidad de pasear entre la tranquilidad del entorno y disfrutar de pequeños puentes y pasos sobre el agua.

El Sendeiro Azul quizás sea la ruta de senderismo de mayor reconocimiento de Ponte Caldelas, pero no es la única. Puedes calzarte las botas también para recorrer los kilómetros de sendas como la ruta das Almiñas e foso do lobo (PR-G 109), el sendero de San Vicente o el sendero de los tres montes. Incluso es muy recomendable disfrutar de las vistas de los miradores locales, especialmente las que ofrece el Alto da Fracha.

La huella de los emigrados retornados

El fenómeno de la emigración gallega, especialmente hacia Brasil en el siglo XIX, dejó una huella profunda en Ponte Caldelas. Los emigrantes que hicieron fortuna al otro lado del Atlántico regresaron al municipio, donde construyeron impresionantes casas conocidas como "casas de los Indianos". Estas edificaciones combinan influencias modernistas y eclécticas, transformando el paisaje local y aportando un valioso legado arquitectónico y cultural. Ejemplos destacados incluyen el Pazo de Doña Sofía, con su imponente fachada neoclásica, y otras residencias en el centro histórico, como la Casa de Laurentino Leiro y la Casa de Manuel Rodríguez. Cada una refleja la riqueza y el estilo de sus propietarios, mostrando un vínculo entre Galicia y su diáspora. En Anceu, casas como la de Casiano Pérez y Celestino Sobral destacan por su diseño modernista y detalles ornamentales, simbolizando el éxito y la influencia de los indianos en la región.

Fuera de la arquitectura indiana, encontramos también otros edificios singulares en Ponte Caldelas, especialmente los relacionados con la arquitectura religiosa en forma de calvarios, cruceiros, iglesias o petos de ánimas. Entre estas construcciones destacamos la iglesia románica de Santa María de Tourón (siglo XII), la iglesia parroquial de Santa Eulalia con su retablo de piedra, y las iglesias de Insua y Xustáns, ambas con cruces de piedra. También sobresalen capillas como la de Casteliño, junto a un mirador con vistas panorámicas; la de San Vicente de Parada, situada junto a un río; la de Santa Comba de Rebordelo, conocida por su romería; y la de Cristo Rei en Xustáns, desde donde se contemplan petroglifos cercanos. Cada una refleja el patrimonio cultural y espiritual de la región.

Tourón

Si hablamos de qué ver y hacer en Ponte Caldelas, una de las paradas obligadas es el Área Arqueológica de Tourón. Se trata de uno de los mayores conjuntos de arte rupestre al aire libre de Galicia, con 150.000 metros cuadrados. Los petroglifos, que datan del III-II milenio a.C., se distribuyen en cinco estaciones a lo largo de una ruta que permite admirar grabados de cazoletas, combinaciones circulares, ciervos y escenas de caza. Destacan paneles complejos como los de Naval de Martiño y Laxe das Cruces. Pasarelas de madera facilitan la visita y protegen el terreno. Aunque los incendios recientes han modificado el paisaje, también han revelado nuevos grabados. La zona está bien señalizada, cuenta con paneles interpretativos y una caseta informativa con una exposición.