Enclavada en la parroquia homónima de A Fonsagrada, provincia de Lugo, está la Ferrería Vilar de Cuiña, una de las más imponentes y añejas de Galicia. Sus ruinas, que conservan el encanto de lo auténtico, invitan a sumergirse en su historia.
Siglos XVIII
Aprovechando las aguas del río Suarna, esta herrería de hierro fue erigida entre 1792 y 1794, despidiendo su último aliento en 1884 debido a la Revolución Industrial y la desforestación.
No meramente un recinto de fundición de hierro, este complejo incluía un molino, almacén, casona, viviendas para trabajadores y una capilla, conocida como Ferrería del Buen Retiro. En sus alrededores, apenas se vislumbran vestigios de otra ferrería, la del Buen Suceso. Abastecida por las minas cercanas de Monteseiro, en la misma parroquia, y de Formigueiro, en Sena, Ibias (Asturias), incluso llegó a importar hierro del País Vasco, resaltando su relevancia en la época.
Enclavada en un entorno natural exuberante, se esconde al fondo de un valle rodeado de frondosos bosques y montañas. Para alcanzarla, se toma una pista de tierra de 3 km desde la aldea de O Vilar de Cuiña, ofreciendo un paisaje espectacular con el río Suarna modelando cascadas y pozas.