En el valle de los Ancorados, en A Estrada, se encuentra la Iglesia de San Pedro, un destacado ejemplo del románico gallego. Este templo, situado sobre una ligera elevación, está rodeado por tierras de cultivo y pequeñas aldeas, ofreciendo un entorno que combina arquitectura y naturaleza.
Restos conservados poco comunes
La iglesia, de origen incierto, estuvo vinculada a los franciscanos y luego a las Clarisas de Santiago. A pesar de las modificaciones sufridas a lo largo de los siglos, conserva elementos románicos de gran valor, como su ábside pentagonal, un diseño poco común en Galicia, y una portada con detalles escultóricos sorprendentes. Destacan en ella los capiteles decorados con motivos vegetales y figuras enigmáticas que reflejan el arte medieval.
El ábside, con sus ventanas semicirculares y columnas ornamentadas, es el principal atractivo arquitectónico. Aunque algunas de sus estructuras originales han sido transformadas, todavía se percibe la maestría de los talleres que también trabajaron en el monasterio de Aciveiro. Su interior es luminoso y amplio, gracias a las capillas añadidas y las reformas en el arco triunfal.
Un detalle que no pasa desapercibido es el tímpano de la portada occidental, decorado con complejos motivos geométricos y cruces inscritas, ejemplo de la evolución estilística del siglo XII en la región.