La iglesia de San Sebastián de Piñeiro es uno de los templos religiosos con pasado románico que podemos visitar en la localidad de A Pobra de Trives. Con el paso de los siglos su aspecto está algo modificado, pero todavía son visibles rasgos de su fábrica medieval.
En ruta jacobea
Las primeras referencias documentales de este templo datan del siglo XIII y hablan precisamente de un templo en Piñeiro dedicado a San Sebastián, un documento fechado por los historiadores en torno al primero cuarto del siglo.
Se tienen referencias de que este templo fue construido sobre los restos de lo que fue un antiguo hospital de peregrinos. Esta teoría concuerda con el hecho de que el templo está ubicado al borde de una ruta jacobea secundaria hacia la catedral de Santiago de Compostela.
El viejo templo fue modificado con el tiempo y ampliado, añadiéndose también en su región norte el actual cementerio parroquial de Piñeiro.
Reconstruido
A pesar de haber citado anteriormente un templo del siglo XIII, la iglesia que hoy podemos contemplar en Piñeiro no es ni mucho menos de esta época en su totalidad, pudiendo situar su apariencia actual tras las reformas más bien en una estructura más próxima a las del siglo XVI.
La iglesia de San Sebastián de Piñeiro es de reducidas dimensiones y responde a un esquema sencillo de nave única de planta rectangular y cubrimiento a dos aguas. El elemento más destacado de la iglesia es el porche, donde todavía podemos ver algunos rasgos de su pasado románico. El acceso principal se hace por medio de una puerta poco ornamentada, con un arco rebajado y jambas de arista. Sobre está hay una chambrana que podría ser la original perfilada en bocel liso con un arco semicircular de sección prismática.
La fachada remata en una espadaña de dos cuerpos rematada en estructura triangular y con dos campanas en sendos vanos del nivel inferior. El frontón triangular remata en su vértice con una estatua de un animal sobre una cruz, si bien esta se encuentra fracturada y decapitada actualmente. Por tradición se cree que este animal podría representar a un cordero por la costumbre de las representaciones del Agnus Dei en muchas iglesias.
Tanto los muros laterales como el interior de la iglesia de San Sebastián de Piñeiro están lejos de ofrecer su imagen original y son sin duda reflejo de las ampliaciones y remodelaciones que se llevaron a cabo a partir del siglo XVI.