En la parroquia de Santa Eulalia de Mazoi, en Lugo, encontramos un antiguo templo religioso de origen románico.
Sencilla iglesia rural
De este templo de origen románico encontramos referencias escritas ya desde el siglo VIII en el testamento del obispo Odoario, si bien el edificio hoy conservado y modificado con el paso de los años no es el que se menciona en el citado escrito.
Hablar de la Iglesia de Santalla de Mazoi es hacerlo de un templo rural de reducidas dimensiones y que destaca por la sencillez de sus líneas constructivas. Tiene planta de nave única con ábside rectangular al que se le añadió en siglos posteriores la sacristía adosada al muro septentrional. Por sus líneas constructivas y los detalles del edificio, los historiadores documentan la iglesia entre finales del siglo XII y comienzos del XII.
Levantada en piedra de granito y con cubierta de pizarra, externamente podemos destacar elementos como la portada de su fachada occidental. Es una puerta sencilla de tímpano semicircular, monolítico y liso que se apea sobre jambas. Encima de esta puerta entra la luz hacia el interior por medio de un vano rectangular y abocinado. Y en lo alto de esta fachada, la principal del templo, hay una espadaña sencilla de un hueco con campana.
Si dirigimos nuestra vista hacia el sur del templo de nuevo nos volveremos a detener en líneas sencillas. Una puerta de dintel liso con un vano de mayor tamaño que en el otro lado y que no es el original románico. En cuanto al ábside, solo conserva una saetera original en el centro que está formada por dos piezas de granito a modo de jambas. Vemos también algunos canecillos en los tramos sur del ábside y norte de la nace, algunos se encuentran en mal estado de conservación.
Los frescos
Si cruzamos la puerta de acceso veremos una iglesia cubierta con techumbre en madera a doble vertiente. La nave y el ábside se dividen por medio de un arco triunfal de medio punto que se apoya en jambas lisas con imposta de nacela intermedia.
Lo más importante y llamativo de esta pequeña iglesia lucense se encuentra dentro del templo. Se trata de los frescos que lucen en el cierre oriental del templo y que se descubrieron cuando se retiró del lugar un retablo hoy desaparecido del siglo XVIII. Estos murales son de comienzos del siglo XVI y tienen un ancho de 420 cm por 344cm, predominando los colores rojos, azules, ocres, negros y grises. En él aparece representada la imagen de la anunciación a María en la que el Arcángel San Gabriel le comunica que va a ser la madre de Jesús.