Situada en el municipio de Agolada, en la provincia de Pontevedra, la Iglesia de Santo André de Órrea es una iglesia que podemos incluir en el catálogo del románico rural gallego.
Ligada a un monasterio benedictino
Esta iglesia, que actualmente sirve como parroquial, estuvo antaño ligada a un monasterio de monjas benedictinas, cuya fundación y localización exacta permanecen envueltas en el misterio. Curiosamente, las leyendas locales sugieren que el monasterio original se situaba en el terreno al norte de la iglesia, una idea plausible por la disposición de una puerta lateral que pudo conectar ambos espacios. Además, en las casas cercanas, pueden observarse restos arquitectónicos reutilizados, como un tambor de columna o un bajorrelieve, que podrían haber formado parte de la iglesia primitiva.
El primer registro documentado de la iglesia aparece en el siglo VIII, aunque algunos estudiosos cuestionan su autenticidad. Más adelante, durante el siglo XII, se mencionan transacciones realizadas por la abadesa Toda Rodríguez, lo que demuestra la vitalidad del entorno monástico. En 1499, las religiosas de Santo André se trasladaron al Monasterio de San Paio de Antealtares en Santiago de Compostela, dejando la iglesia como epicentro de la vida parroquial.
El edificio en sí es un ejemplo magnífico de arquitectura románica. Con una nave única dividida en tramos y una capilla semicircular, combina austeridad decorativa en sus muros con detalles exquisitos en las portadas. Destacan sus capiteles vegetales estilizados, las arquivoltas decoradas con casetones y las cornisas adornadas con motivos geométricos. Aunque el tiempo ha modificado algunos elementos, como la espadaña añadida en épocas modernas, el templo conserva su esencia histórica.