En el concello ourensano de Amoeiro, encontramos un interesante monumento religioso como es el Monasterio de San Miguel do Priorato de Bóveda. Este edificio de origen románico se encuentra actualmente desacralizado, pues actualmente es de propiedad privada y ha sido rehabilitada a modo de vivienda.
Transformaciones
De origen incierto, aunque en torno al siglo XI según los estudios, este edificio que hoy solo podemos ver por fuera, fue en su día la iglesia de un cenobio benedictino exclusivamente femenino. Poco queda de aquella iglesia medieval que, antes de su gran cambio para alojar una vivienda, ya vivió varias reformas en épocas previas. En el siglo XV, por ejemplo, fue objeto de una remodelación que dejo señas del barroco propio de la época en alguna de sus paredes. Más tarde, tras la desamortización de Mendizábal, el edificio seguiría siendo objeto de cambios.
Ya en el pasado siglo y fruto del dominio privado de esta vieja iglesia, desaparecieron partes emblemáticas del templo como el ábside y para el último cuarto de siglo la función de vivienda de esta vieja iglesia era ya toda una realidad. Cabe decir incluso que algunos elementos románicos o religiosos fueron desechados o llevados a otros lugares y hoy podemos ver diseminados por la provincia elementos de esta iglesia del Monasterio de San Miguel do Priorato de Bóveda, elementos como los viejos canecillos, ventanas, capiteles.
¿Cómo es la vieja iglesia?
Si nos paramos a observar el edificio, vemos que la fachada occidental está flanqueada por dos contrafuertes que enmarcan su estructura. En el centro, la portada se presenta con tres arquivoltas semicirculares. Estas arquivoltas descansan sobre un cimacio impostado que, curiosamente, presenta dos tramos al norte y tres al sur. Esta asimetría se debe a las reformas barrocas antes citadas. El tímpano, liso y de la misma dirección que las arquivoltas, descansa sobre una larga losa rectangular que actúa como dintel.
La fachada meridional, aunque menos ornamentada, sigue el mismo esquema constructivo que las fachadas oeste y norte. Una sola arquivolta moldurada en bocel y media caña se apoya sobre un cimacio impostad.
La fachada septentrional, aunque afectada por reformas barrocas, conserva su arco de medio punto ligeramente peraltado, sostenido por columnas coronadas por capiteles vegetales y figurados. En el interior, encontramos una escultura de un santo, posiblemente San Benito, con un libro en el pecho.