El Monte Neme se encuentras al sur del ayuntamiento de Carballo, casi haciendo frontera con la localidad de Malpica de Bergantiños. Es una zona de montaña que no llega a los 400 metros de altura y en la que lo más popular es el largo artificial que se formó en la antigua mina de wolframio del lugar.
El Monte
El Monte Neme llega hasta los 386 metros de altitud y desde su altura se puede disfrutar de una interesante visa de la comarca y la costa y algunas de sus largas playas. Fue esta una zona con vida desde tiempos prehistóricos donde se cree que había un asentamiento.
Este también es un lugar rodeado por la mitología clásica gallega, pues no está exento de la leyenda de las meigas que rondan el lugar. Se decía que en este lugar las brujas se juntaban en la noche de San Juan para hacer rituales. Muy cerca de la cima del monte había un Crómlech que desgraciadamente fue destruido durante los años 60 y que también se relacionó con los rituales y la mitología del monte.
El lago turquesa
Si por algo es conocida esta montañosa zona de Carballo es por el lago artificial que se formó en el espacio en el que desde comienzos del siglo XX era utilizado como mina de extracción de Wolframio y también el estaño. Este mineral empezó a explotarse en el año 1915 y ya en los 80 tomó el relevo de explotación minera el cuarzo y los áridos que se utilizan en la construcción. Las minas, que estuvieron muy activas en tiempos de guerra para obtener materiales para la fabricación bélico, se abandonaron en el año 2014 debido a la rotura de una balsa de agua.
Los depósitos de mineral que quedaron en este valle explotado por la mina y el agua acumulada acabaron por formar un lago en el que es especialmente llamativo el color de sus aguas, de un azul turquesa intenso muy especial que se ha convertido en una autentica atracción turística y espacio muy popular en las fotografías subidas a redes sociales.
A pesar de lo tranquilas que aparezcan las aguas y lo apetecibles que resulten para el baño, es importante recalcar que estas no son recomendables para el baño, pues la combinación de wolframio, estaños, hierro o sílice hacen de ellas peligrosas para nuestro cuerpo y nuestra piel. El entorno está incluso señalizado por parte de la Xunta y las asociaciones vecinas para evitar que la gente se acerque al lago.