El Mosteiro de San Pedro de Vilanova, situado en el concello de Dozón, en la provincia de Pontevedra, es una joya del románico gallego, cuya monumentalidad aún puede apreciarse en la iglesia que ha perdurado a lo largo de los siglos, a pesar de la desaparición del monasterio original.
La historia del monasterio
Fundado en 1154, el monasterio fue una donación de Guntroda Suárez, una noble que cedió las tierras para su construcción y su mantenimiento, como era común en la época feudal. Tras enviudar, muchas damas nobles solían retirarse a monasterios que ellas mismas fundaban, como ocurrió aquí. El poder y la influencia que alcanzó el monasterio se reflejan en su estatus como "Coto Real", una distinción especial que le permitió administrar gran parte del territorio, un privilegio que se mantuvo hasta su unión con el Monasterio de San Paio de Antealtares en 1499.
La iglesia
La arquitectura de la iglesia, de estilo románico tardío, se caracteriza por una estructura sencilla: una nave única y un ábside semicircular, cubierta por un techo de madera. La fachada, que parece adaptarse a las irregularidades del terreno, está adornada con contrafuertes que enmarcan la puerta principal, decorada con arquivoltas y un arco levemente apuntado, reflejando la transición hacia el estilo gótico.
Al caminar alrededor de la iglesia, se aprecian detalles románicos en las pequeñas ventanas y figuras decorativas que adornan los canecillos exteriores. En la fachada norte, una puerta adicional está coronada por una cruz y motivos florales. La estructura del ábside, con sus ventanas y capiteles vegetales, nos permite imaginar el esplendor de este monasterio en su época.
Hoy en día, el campanario románico es una de las partes mejor conservadas, destacando por su ubicación en la fachada norte y su rica ornamentación, una rareza en las iglesias de este tipo en Galicia.