Plaza de la Leña en Pontevedra

La plaza de la Leña, pese a su pequeño tamaño en comparación con otras plazas de la ciudad, es uno de los espacios más visitados, fotografiados y pintorescos del casco antiguo de Pontevedra. Su nombre se debe a la actividad que sucedía en este lugar antiguamente: era donde se vendía la leña para calentar las antiguas cocinas y calefacciones de los pontevedreses antes de que llegara el gas y la electricidad.

Esta plaza cuenta con un crucero en el centro procedente del Caldas de Reis y que fue colcado en 1941 gracias a Castelao. También está rodeada de edificios antiguos asentados sobre soportales a un lado, y por pazos barrocos que componen el Museo Provincial de Pontevedra a otro. En la actualidad no tiene el uso comercial de antaño, sino que se congrega multitud de terrazas y locales en los que disfrutar de la gastronomía de la zona. Las calles adyacentes también se caracterizan por ser zonas de vinos y tapas.

Las casas típicas que conforman el caracter pintoresco de la plaza de la Leña de Pontevedra son pazos urbanos del siglo XVIII que hoy en día forman parte del Museo Provincial: el primero de Fernández López, el segundo de Castro Moteagudo y el tercero, que está unido al anterior por un característico puente, de García Flórez.

El pazo de Castro Monteagudo se caracteriza por un balcón sujeto con grandes modillones, mientras que el de García Flórez cuenta con estatuas pétreas en las esquinas tel tejado de la fachada principal que representan la esperanza y la fortaleza.