A Ponte Vella es una de las principales señas de identidad de la ciudad de Ourense junto a las termas. El núcleo urbano de la ciudad de Ourense se formó como tal en la época romana, los romanos aprovecharon las aguas termales de la Fuentes de las Burgas y construyeron el puente para salvar el Río Miño. El puente romano de Ourense fue construido un siglo antes del nacimiento de cristo y era un punto clave del ramal de la Vía Nova (vía XVIII) que enlazaba lo que hoy en día es Astorga y la ciudad lusitana de Braga.
El Puente Viejo fue declarado monumento histórico-artístico en el año 1961 junto a la Capillas de los Remedios.
Historia de A Ponte Vella
Este puente denominado Ponte Vella o Ponte Romana fue construido durante la época del emperador Trajano en los siglos I-II d.c. Desgraciadamente, de la construcción primitiva solo se conservan hoy algunos sillares de las bases. Está construido en piedra granítica de la zona y, aunque hoy en día se le conoce como Ponte Vella por su antigüedad, en siglos pretéritos era simplemente conocido como el Puente Mayor por sus dimensiones con referencia a otras construcciones más discretas para salvar el Miño.
Los problemas en el arco principal dieron lugar a una serie de reformas y reconstrucciones que se extendieron durante varios siglos. Ya en el año 1228, el puente fue reconstruido por mandato del obispo Don Lorenzo, con las rampas y el arco central apuntado.
Posteriormente, en el año 1667, por orden de Melchor de Velasco Agüero también se reforma el puente proporcionándole la magnitud que tiene en la actualidad y conservando siete arcos de la estructura inicial.
Otra de las reformas importantes de la estructura llega en el siglo XIX, cuando fue demolida la torre defensiva. Esta torre defensiva derribada en el año 1839 aparece incluso representada en el actual escudo de la ciudad de Ourense.
Actualmente el puente consta de 7 arcos, de los 11 primitivos, mide 370 metros de largo y 5 de ancho, con un impresionante arco central de 43 metros de ancho que se eleva 38 metros de altura sobre el nivel de río Miño. Además, desde el año 1999 es totalmente peatonal.
Sin competencia hasta el siglo XX
A Ponte Vella de Ourense gana en relevancia si tenemos en cuenta que hasta hace bien poco no se conocía otro método cercano a la ciudad de As Burgas de salvar el río Miño sin tener que entrar en contacta con sus aguas.
Hay que esperar hasta el año 1918, fecha en la que se decide levantar otro puente en la ciudad, para encontrar una alternativa diferente. Hablando en este caso del Puente Nuevo, que ofreció a los ourensanos una segunda vía para pasar al otro lado del río. Años después se construirían dos puentes más: el Puente Novísimo (1966) y el Puente del Milenio (2001).