La puerta de Carlos V es uno de los símbolos de la ciudad de Viveiro. También conocida como la puerta del Castillo del Puente, esta es la más conocida de las tres puertas de acceso que todavía hoy quedan en pie de lo que antaño fue el recinto amurallado de la ciudad. La puerta ha sobrevivido a dos intentos de demolición y hoy está protegida al estar considerada como Bien de Interés Cultural desde el año 1942.
¿Cómo es la puerta de Carlos V de Viveiro?
La puerta de Carlos V o Puerta del Castillo del Puente es una gran construcción de piedra con un arco de medio punto en la zona baja central que da acceso a lo que hoy es la zona urbana de Viveiro.
En la cara externa de la puerta, la que da hacia el puente y la carretera, se pueden distinguir los escudos de armas de la ciudad. A la derecha un león con corona sobre un puente y el escudo izquierdo el que representa a las cinco iglesias antiguas de Viveiro a través de cinco copones. Ambas representaciones forman parte hoy del actual escudo de la localidad. En la parte central de la puerta, en un tamaño superior y en posición más elevada que los escudos anteriores, nos encontramos con el escudo de la casa de Carlos I de España. La puerta remata en lo alto con una cornisa con parapeto.
En el otro lado de la puerta, justo en la zona interior tras cruzar su arco de medio punto, podemos ver un pequeño camarín en el que se ha colocado la imagen de San Roque. Esta imagen es bastante posterior a la construcción de la puerta, pues con anterioridad era la Virgen de los Desamparados la que se encontraba instalada en este lugar.
Puerta del siglo XVI
La Puerta de Carlos V fue construida a mediados del siglo XVI (1548) y Pedro Pedroso fue el encargado de diseñarla como recambio a otra puerta instalada en el lugar con anterioridad. La puerta fue un homenaje del pueblo de Viveiro al emperador Carlo I de España y V de Alemania, pues fue este monarca el que otorgó a Viveiro una real cédula para eximir a su población del pago de impuestos por un trienio. Las obras se paralizaron y reanudaron luego de unos años, por lo que no se culminó el trabajo de construcción hasta mediados de la década de los 50 de ese siglo.
A lo largo de la historia esta puerta ha sido importante para la historia de la ciudad. Aunque no hubiese unos motivos defensivos o estratégicos para su construcción, su fortaleza y estrechez sirvió para montar un punto defensivo en ella en el contexto de la Guerra de la Independencia a comienzos del XIX. El pueblo de Viveiro trató de frenar a los invasores franceses procedentes de Ferrol en la Puerta de Carlos V.