La ciudad de A Coruña tiene un pasado medieval detrás de sí y, como ocurre en muchas otras ciudades de España, el asentamiento primitivo de la urbe se protegía detrás de unas poderosas murallas que le servían como primera línea defensiva ante posibles ataques de invasores. En el caso de la ciudad herculina aún quedan restos de lo que fueron estas antiguas murallas que fueron levantadas durante los siglos XIV y XVIII.
Bien de Interés Cultural
El conjunto de fortificaciones que forman las murallas de la Ciudad Vieja de A Coruña está considerado desde el año 1949 como Bien de Interés Cultural y declarado Monumento Histórico-Artístico.
Fue bajo el reinado de Enrique III, hacia finales del siglo XIV, cuando se empezaron a levantar estos muros que daban cobijo a los principales edificios que formaban parte del casco histórico herculino. Las murallas fueron fundamentales para defender la ciudad en ataques de ingleses y portugueses, así como en la famosa batalla contra la invasión liderada por el corsario Sir Francis Drake de 1589. Todos estos ataques fueron sinónimo de refuerzos y reparaciones posteriores en la estructura defensiva de la ciudad.
Las murallas fueron parte importante de A Coruña hasta entrado el último tercio del siglo XIX, cuando se decide ya demoler parte de su estructura, sobre toda la de la Fronte de Terra que ocupaba el barrio de la Pescadería, para poder unir diferentes barrios de la ciudad ante el crecimiento de la urbe. La demolición de parte de estas murallas hizo posible el diseño del primer Ensanche de La Coruña.
Tres puertas en pie
Hasta nuestros días no ha llegado el conjunto completo de las murallas que cerraban la ciudad vieja, pero sí quedan restos importantes de estos muros y hasta tres puertas diferentes que daban acceso al interior desde la costa.
La primera puerta es la Puerta de San Miguel, la más antigua de las tres, un acceso situado justo delante del Castillo de San Antón y que data del año 1607. Del año 1676 son los otros dos accesos, la Puerta de la Cruz, junto al Palacio de la Capitanía General, y la Puerta del Clavo, esta última ubicada en el Jardín de San Carlos. A este conjunto de accesos se les conoce también como las puertas del Parrote por estar todas ubicadas en la muralla a lo largo del paseo que lleva este mismo nombre y que recorrer la bahía coruñesa.
A mayores de las tres puertas citadas, también tenemos que citar la conocida como Fortaleza Vieja, el baluarte defensivo que se encuentra ubicado en lo que hoy el es jardín de San Carlos. Este es precisamente el tramo más antiguo de murallas que está conservado. Otro baluarte, el de Caramanchón, es menos antiguo y se encuentra en la zona divisoria de las playas Riazor y Orzán.