Las Ruinas de Santo Domingo son los restos que pertenecieron a un antiguo convento de construido en el s. XIV por encargo de los dominicos que residían en la ciudad de Pontevedra. A pesar de que en la actualidad solamente se conserve la cabecera y la entrada al convento, estas ruinas son consideradas como uno de los máximos ejemplos del estilo gótico en Galicia y uno de los lugares más representativos y emblemáticos de la ciudad de Pontevedra. Tal es su importancia que fueron declaradas Bien de Interés Cultural en el año 1895.
Elementos de gran valor histórico y artístico
Además, forman parte del complejo del Museo Provincial de Pontevedra y, en su interior, guardan gran cantidad de elementos con gran valor tanto histórico como artístico. En la exposición, se pueden contemplar elementos como algunos escudos heráldicos, una colección de capiteles, laudas gremiales, etc. que pertenecieron tanto a la iglesia como a familias de la nobleza de la ciudad de Pontevedra y de toda la provincia y han sido cedidos al museo por sus propietarios o herederos.
Un paseo por su historia
La historia de las Ruinas de Santo Domingo comienza cuando los dominicos se asentaron en Pontevedra, a finales del s. XIII, y fundaron un convento muy próximo a la zona amurallada que protegía la ciudad pero, poco después, encargaron la construcción de otro convento situado más a las fueras. Este es el que hoy en día conocemos como Convento de Santo Domingo, cuyas obras se iniciaron entorno al año 1305.
El edificio fue la residencia de los dominicos a lo largo de los siglos e incluso en el s. XVIII se autorizó la construcción de una nueva nave de estilo neoclásico en el convento pero esta acción fue frenada durante la Desamortización de Mendizábal en el que muchas propiedades, pertenecientes sobre todo a la iglesia, fueron expropiadas y puestas a la venta, entre ellas, el convento. Por esta razón, el edificio fue abandonado y se fue deteriorando de manera progresiva a lo largo de los años.
En 1840 fue cedido al Ayuntamiento y fue utilizado como hospicio, cárcel de mujeres, escuela, cuartel, teatro, etc. quedando cada vez más deteriorado. Las piedras con las que fue construido incluso sirvieron como pavimento de las aceras y las calles pontevedresas. Por eso, ante su estado profundamente deteriorado y la perfecta ubicación, el ayuntamiento solicitó su total demolición para poder ampliar la Alameda. La solicitud fue aprobada pero nunca llevada a término gracias a la ciudadanía y las acciones sociales que llevaron a cabo, que consiguieron detener el derribo por completo.
En 1895, las Ruinas de Santo Domingo fueron declaradas Monumento Nacional convirtiéndose en el primer monumento de la ciudad de Pontevedra en contar con este reconocimiento por lo que se iniciaron las obras de conservación hasta convertirse en las ruinas que conocemos y que podemos visitar de forma gratuita en la actualidad.
Hoy en día, las Ruinas de Santo Domingo son uno de los seis edificios que forman el Museo de Pontevedra junto al Edificio Castro Monteagudo, Edificio García Flórez, Edificio Fernández López, Edificio Sarmiento y un sexto que se encuentra en construcción. Están ubicadas justo enfrente de la Alameda y muy cerca de edificios tan emblemáticos de la ciudad como su ayuntamiento o la diputación.