La Seimeira de Vilagocende, una cascada de más de 50 metros que se desploma por una pared rocosa en el río Porteliña, en A Fonsagrada. Esta "seimeira", término gallego para cascada, destaca como la más alta de la comunidad en caída libre, superando incluso a otras como la Fervenza do Toxa o la Fervenza de Ézaro.
Una ruta hacia la cascada
Para descubrir este espectáculo natural, sigue una sencilla ruta de poco más de un kilómetro a través de un bosque de abedules, castaños, alisos y robles. El sendero, amplio y de poco desnivel, es ideal para toda la familia. El murmullo del agua y el canto de los pájaros acompañan el recorrido, envueltos en el aroma fresco de la vegetación.
Al final del trayecto, una pasarela de madera te conduce hasta los pies de la cascada. Desde allí, disfruta de la impactante caída de agua, formando una neblina blanca y espumosa, creando arcoíris bajo el sol. Las aguas cristalinas del río Porteliña generan un pequeño lago, reflejando el verdor del bosque.
La leyenda
La Seimeira de Vilagocende encarna un lugar de ensueño y leyenda, donde, según cuentan, habitan meigas y mouras, seres mágicos de la mitología gallega. Una historia relata la presencia de una moura, de cabellos rubios y ojos azules, que habitaba una cueva bajo la cascada. Un joven pastor se enamoró de ella, pero ella le pidió una rosa roja como condición para estar juntos. Tras buscar sin éxito, al regresar, la moura había desaparecido para siempre.