Restaurante La Cubana en O Carballiño

La historia de La Cubana nace hace tres generaciones, cuando mis abuelos fundaron una fonda donde los visitantes de O Carballiño y nuestros vecinos, podían comer y dormir.

De esta forma, el negocio familiar ha ido evolucionando hasta convertirse en el actual hotel y restaurante La Cubana, un lugar donde disfrutar de una cocina totalmente tradicional y descansar en unas cómodas estancias, en el cual todavía se conserva la la esencia de antaño.

Por ello en la actualidad, y siendo ya la tercera generación, continuamos con la misma idea de ofrecer a nuestros clientes un trato amable, personal y una cocina tradicional. Definimos nuestra cocina como la cocina de la abuela, la de toda la vida de pote y en cocina de leña, ya que eso es lo que queremos que degusten nuestros clientes, una cocina con productos de calidad pero elaborada a modo tradicional. Además ofrecemos una amplia carta de platos de pescados, carnes, mariscos y postres caseros, y contamos con una variada bodega con los mejores vinos con denominación de origen.

Nuestras instalaciones y nuestra ubicación enfrente al Balneario de O Carballiño hacen de nuestro restaurante y hotel La Cubana un lugar ideal para familias.

El restaurante La Cubana cuenta con la tradición de tres generaciones en la cocina y con la idea de querer ofrecer a sus clientes una cocina tradicional como la que se hacía hace años en la cocina de leña tradicional de Galicia.

Para la elaboración de nuestros platos contamos con las mejores materias primas, los pescados más frescos de la ría, las mejores carnes de ternera, cordero... Entre nuestras especialidades se encuentran la ternera asada, el cordero asado al horno y diferentes elaboraciones de pescados frescos.

Nuestro restaurante cuenta con capacidad para 50 personas y podrá realizar todo tipo de celebraciones:, cenas, comidas de grupo, etc. Disponemos de menú del día de lunes a viernes.

Además de nuestro emplazamiento, nos encontramos en la zona interior de una manzana de viviendas, lo que hace que los padres puedan estar tranquilos en el comedor mientras los niños juegan fuera.