Cerca del núcleo urbano de Caldas de Reis, en Segade, encontramos una impresionante cascada en pleno Río Umia. En verano, la cascada se llena de numerosos bañistas, puesto que las aguas del Umia bajan más tranquilas, creando pozas de diversos tamaños, ideales para darse un buen chapuzón.
La riqueza de la cascada
La fuerza de las aguas del río Umia en su descenso que representan los saltos de agua de las fervenzas de Segade han sido y son un recurso explotado por la comarca del Umia desde hace siglos.
No en vano, además de la explotación turística del lugar por su belleza, con paseos y zonas de baño habilitadas en sus diferentes pozas, el lugar está salpicado de otras construcciones igual de interesantes que dejan a las claras el peso que este río tenía y tiene para Caldas de Reis y poblaciones limítrofes.
Por un lado, nos podemos encontrar con numerosos molinos que se suceden uno tras otro a lo largo de un pequeño tramo a orillas del río. Por el otro, tenemos las ruinas de lo que fue una antigua central hidroeléctrica; la conocida como fábrica de luz.
Una ruta con encanto
El salto de agua de Segade es el destino final para una de las más atractivas rutas de Caldas de Reis. La ruta arranca desde el corazón de la villa, en uno de sus lugares más emblemáticos como es la carballeira en la que partes desde la naturaleza de un lugar con más de dos centenares de árboles centenarios. Desde este punto arranca un tranquilo paseo de unos dos kilómetros.
A lo largo del recorrido iremos dejando atrás lugares como el puente romano de Baxe, los molinos de agua y también las ruinas de la fábrica de la luz. La central lleva en desuso desde mediados del siglo pasado, pero estuvo funcionando durante unos 50 años desde que se levanto en el año 1900.
La cascada de Segade se encuentra pegada a las ruinas de la central hidroeléctrica. Es un precioso salto de agua con una altura aproximada de unos 30 metros. El curso del río baja con más fuerza en invierno debido a las abundantes precipitaciones y la fuerza de las caídas ha ido dejando algunas pozas naturales en su recorrido.
¿Cómo llegar?
A la cascada podemos acceder por dos lugares diferentes: Bajando un pequeño y empinado camino que nos lleva directamente al río desde la carretera nacional, o bien coger un desvío que nos llevará por una pequeña carretera debajo del nuevo puente de la N-550, la cual nos dejará en un pequeño pueblo.
La primera opción es más rápida, pero si elegimos la segunda, seguiremos el camino río arriba y podremos ver los numerosos molinos de agua reconstruidos que aprovechan las aguas del Umia, así como una antigua fábrica hidroeléctrica. Cerca de esta fábrica, encontraremos los primeros saltos de agua que nos dejarán boquiabiertos.