En la concello de Calvos Randín, se alzan los imponentes vestigios de A Picoña, una fortaleza estratégica en la zona de la Raya Seca que alguna vez protegió el Couto Mixto. Hoy, sus bases y un antiguo aljibe son los únicos testigos visibles de su pasado como bastión defensivo.
Defensa del Couto Mixto
Situada a 932 metros sobre el nivel del mar, esta antigua fortificación fue clave en la defensa del Couto Mixto y en el control de la localidad de Tourém y el Camino Privilegiado que los conectaba.
Construido por Alfonso III de León en el siglo X, Sancho I de Portugal otorgó a San Paio de Picoña la carta foral, elevándola a la categoría de villa. A pesar de ser arrasada por Castilla en el siglo XIV, fue reconstruida por João de Portugal y donada a D. Afonso, futuro Duque de Braganza. Sin embargo, la fortaleza sufrió nuevas destrucciones durante la Guerra de Restauración portuguesa en el siglo XVII.
En el siglo XIX, el Tratado de Lisboa marcó el paso del Couto Mixto y el territorio de Picoña al lado español de la historia. Documentos del siglo XVI revelan la existencia de una torre del homenaje y un puente de madera que se apoyaba en la roca de la montaña como acceso.
En puesta en valor
Recientemente, el Ayuntamiento de Calvos de Randín y la Asociación del Couto Mixto han emprendido un proyecto para la recuperación y valorización de este tesoro arqueológico medieval. Se están catalogando, adecuando e identificando los restos, las estancias, las escaleras, el aljibe, grabados en rocas, restos de cerámica, monedas y hasta una punta de ballesta, rescatando así la historia enterrada de A Picoña.
Este esfuerzo busca no solo preservar el patrimonio, sino también ofrecer a los visitantes una ventana al pasado, conectándonos con las huellas de la vida medieval que yacen entre estas antiguas piedras.