Castros
MiradoresEl Castro de Negro es un antiguo poblado castreño situado en Redondela, concretamente en el Monte Mirallo. La zona se encuentra señalizada y ofrece una de las mejores vistas del Valle del Maceiras y de Redondela. Este Castro forma parte de una ruta arqueológica más grande que se une a las Mámoas de Penide.
El Castro
El Castro de Negros se eleva sobre una atalaya natural a más de 300 metros de altura sobre el nivel del mar. La estructura del castro tiene forma de huevo y en su zona más alta destaca la acrópolis, desde la cual se abren un conjunto de terrazas que aprovechan el desnivel propio del terreno para ocupar toda la pendiente.
Las dimensiones del Castro son de unos 75 metros en su parte más ancha por unos 50 metros en el otro eje y la entrada al castro está orientada al oeste, con un parapeto que actuaba como defensa.
El acceso al castro es posible por medio de un camino que hoy forma parte de la ruta portuguesa del Camino de Santiago, pero que antes era la conocida como vía romana XIX, uno de los pocos pasos por los que se podía llegar a Redondela procedentes del Sur. Tal motivo explica la ubicación del castro, como una manera de controlar el tránsito por la vía. Actualmente su estado es bastante ruinoso.
La leyenda del Castro
Como ocurre con muchos lugares gallegos, la propia mitología popular de Galicia tiene su propia historia para este Castro. En este caso con la figura mitológica del Mouro como protagonista de la historia del Castro de Negros.
La moura del Castro de Negros vivía dentro de las montañas del Monte Mirallo, dentro de una pequeña gruta que se encuentra dentro de la aldea castreña y que ha sido bautizada como A Igrexa da Preta. La moura tiene dos vidas, de día como cuerpo de mujer que sale a tomar el sol o compartía sus horas con algunos transeúntes que cruzaban las montañas, de noche se convertía en serpiente.
Otras leyendas del lugar, también relacionadas con la figura de la Moura, hablan de la existencia de dos camas de piedra en el entorno del Castro de Negros; una con poderes curativos y otra relacionada con la procreación y la fertilidad. También se cuenta la existencia de una corriente de aguas subterráneas que pasan por debajo del Castro y que comunican con la Isla de San Simón.
