En el concello de Toén, la Iglesia de San Mamede de Puga emerge como una reliquia histórica que nos transporta a los albores del siglo XIII. Citada por primera vez como Sanctum Mammetem de Puga en un privilegio de Alfonso VII en 1157, esta iglesia ha sido testigo de los avatares del tiempo y guarda en sus muros la esencia de una época lejana.
Características del templo
Con una nave y un ábside de planta rectangular, la iglesia refleja el estilo arquitectónico común en la región en esa era; el románico. El ábside, coronado por una cornisa con canecillos decorativos, revela una meticulosa atención a los detalles. Vanos en aspillera y un acceso con arco de medio punto adornan los muros, mientras que una espadaña barroca corona el hastial occidental.
La fachada occidental, dominada por una portada significativa, es un testimonio del arte de la época. La arquivolta, con un arco de medio punto y tímpano liso, se destaca por sus columnas decoradas con capiteles que llevan hojas picudas y pequeñas bolas. Estos elementos, comunes en otras iglesias provinciales de Ourense, reflejan la influencia del monasterio de Oseira y se manifiestan con solvencia y maestría.
En el interior, la amplitud del espacio se ve iluminada por vanos estratégicamente ubicados en el muro sur y sobre el arco triunfal. Este último, un arco doblado notoriamente apuntado, se apoya en gruesas columnas con capiteles adornados con hojas y bolas, elementos distintivos de la época.