En el municipio lucense de Guntín, se encuentra la Iglesia de Santa Cruz de Retorta, un ejemplo poco conocido de románico rural. A simple vista, su apariencia modesta puede pasar desapercibida, pero una mirada más atenta revela detalles que la convierten en una parada imprescindible para los amantes de la historia y la arquitectura.
Elementos románicos a destacar
Construida entre finales del siglo XI y comienzos del XII, la iglesia conserva su planta original de nave y ábside rectangulares, cubiertos con tejado a dos aguas. Aunque ha sufrido reformas a lo largo de los siglos, como la sustitución de su arco triunfal románico por otro neoclásico, mantiene elementos originales que realzan su valor histórico-artístico.
En la puerta principal encontramos un tímpano excepcional. Aquí se representa un pantocrátor tosco y precoz, rodeado por un cielo estrellado y un halo trilobulado, lo que le otorga un carácter singular. Esta representación, influida por la tradición visigótica, es una primicia escultórica a nivel estatal.
Otro de estos elementos destacados de la iglesia de Santa Cruz de Retorta es la ventana del ábside, una saetera en arco de medio punto rodeada por una rica decoración románica. Destaca la piedra calada interior, con un diseño geométrico único que incluye motivos cruciformes. Este detalle prerrománico es una auténtica rareza.
Otro elemento de relevancia es el crismón trinitario de la puerta norte. Aunque los crismones son comunes en la iconografía románica, el de Santa Cruz presenta una singularidad: la ausencia de las letras alfa y omega, sustituidas por cuatro puntos simétricos. Este detalle lo hace único, salvo por un ejemplar similar hallado en Melide.
Frente a la iglesia, un cruceiro de 1865 completa el conjunto, testigo silencioso de la devoción local. Este crucero, con su pedestal escalonado y una inscripción que evoca a las almas, añade un toque místico al entorno.