En plena naturaleza y oculto entre la vegetación, se encuentran en la parroquia ourensena de San Mamede de Palmés los restos del Monasterio de Santa Comba de Naves.
En estado ruinoso
Este templo histórico nos traslada hasta un rincón olvidado que data del siglo IX. Aunque los registros originales se han perdido con el tiempo, algunos documentos medievales dan fe de la importancia de este monasterio en siglos pasados, hasta que acabó siendo anexionado al Monasterio de Celanova en el siglo XVI.
Lo que queda de este edificio rectangular de más de 400 metros cuadrados muestra tanto su grandeza como su decadencia. A pesar de haber sido reformado en varias ocasiones, la última en el siglo XVIII, la naturaleza ha comenzado a reclamar su lugar en el entorno y hoy la vegetación está invadiendo los arcos y muros que quedan en pie. Desde sus restos en esta zona conocida como Terra de Búbal, destacan las vistas del valle del Miño y de la ciudad de Ourense.
El monasterio está escondido en una ladera del valle del Miño, a 350 metros de altura, y no existen caminos transitables para vehículos, por lo que acercarse no es sencillo. Para llegar, hay que recorrer a pie un antiguo camino que parte desde la cercana aldea de Naves y desciende por casi un kilómetro.