En el ayuntamiento de Alfoz podremos descubrir un auténtico museo etnográfico dedicado al agua. Se sitúa en un espacio de unas 6 hectáreas que se conoce como Finca Galea, en el lugar de O Castro de Ouro. La finca se encuentra próxima al castillo.
El Museo
La Finca Galega cuenta con diferentes construcciones típicas de un pazo gallego y otras complementarias que recuerdan el uso agrícola que se le dio en el pasado a este espacio. Hoy todas estas localizaciones son aprovechadas para dar sentido al Museo Etnográfico del Agua que forma parte de este lugar.
Entre los elementos a visitar en nuestra visita al museo está el restaurado molino, elemento básico en la economía gallega hace algunos años y que encontramos por decenas a lo largo de los numerosos ríos que vertebran la comunidad. El molino harinero de la Finca Galega ha sido reacondicionado y arreglado para que el visitante puede ver cómo funcionaba su mecanismo original el su proceso de moler el cereal para la fabricación de harina. Este molino de agua funcionaba gracias a la fuerza de las aguas del río Ouro a su paso por la propia finca. No es este el único elemento mecánico de interés en esta zona, que también cuenta con un batán y otros mecanismos hidráulicos.
Otros elementos interesantes de la finca son los diferentes estanques, canalizaciones o la cascada artificial que la complementan, así como toda la vegetación y arboleada que adornan el espacio. Hay también una exposición de esculturas talladas en troncos fosilizados que merece la pena pasarse a conocer.
La manera en la que se ha trabajado y reordenado este espacio de la Finca Galega hace algunos años le ha servido para obtener el Premio Medioambiental Europeo a finales del siglo pasado.
Visitas
Las visitas al Museo da Auga de la Finca Galea cuestan 3 euros para adulto y la mitad para menores de 12 años. La visita a conocer estas instalaciones no nos llevará más de una hora.
Cabe decir que la Finca Galega también ofrece al visitante una zona de actividades y hospedaje rural para todo aquel que quiera alojarse por unos días en este espacio natural y de cuento.