El camino francés en dirección a la catedral compostelana pasa por el ayuntamiento de Triacastela, en la provincia de Lugo. Una de las paradas en el camino es la que nos lleva a conocer la Iglesia de Santiago, uno de los pocos templos de este tramo que están dedicados al propio apóstol y que fue levantado en el lugar en el siglo IX.
La historia del templo
La Iglesia de Santiago de Triacastela se construyó en época románica (Siglo IX) y en su origen no estaba dedicada al apóstol, sino que le debía su adoración a San Pablo y San Pedro, los santos a los que estaba dedicado el monasterio de Hermo.
Las señas de esta fase románica hoy más difusa por las reformas y mejoras posteriores se pueden distinguir en el ábside y contrafuertes, así como en la cornisa con canecillos sencillos de su fachada. Ya en el siglo XVIII se hicieron las modificaciones más importantes en el templo para darle la imagen que hoy podemos apreciar en una visita.
¿Cómo es la iglesia de Santiago de Triacastela?
La iglesia de Santiago tiene planta rectangular y un tejado a dos aguas hecho en pizarra. El ábside circular tiene bóveda de cuarto de esfera y la nave central de cañón. Entre medias un arco triunfal de medio punto divide las dos zonas. La luz penetra en el interior a través de cuatro ventanales. En la zona sur de la iglesia se añadió una nave extra en la que hoy se aloja la sacristía y un trastero.
En la fachada destaca su alta torre neoclásica de planta cuadrada elevada sobre cuatro pilares que dan sustento a otros tantos arcos de medio punto. Todo ello da cobijo al propio atrio de la iglesia. En la segunda altura de la torre podemos ver los bajorrelieves de los tres castillos de Triacastela, un trabajo que data de finales del siglo XVIII. Y una imagen del apóstol a caballo. En lo alto la torre remata en un campanario con ventanas torneras de arco de medio punto y tres campanas.
Si nos adentramos en el interior del templo podemos observar los bellos retablos de la iglesia. En el lateral sur está el retablo de estilo neoclásico con la Virgen Dolorosa dentro de una urna acristalada y la Santa Faz. Otro de los elementos de importancia es la figura de terracota que representa al Santiago Matamoros sobre su caballo y que data del siglo XVIII, si bien su estado de conservación no es el mejor.
En cuanto al altar mayor, su retablo se data en los años finales del siglo XVII y en él se aprecian trazas del estilo barroco. Tiene dos cuerpos y tres calles con columnas de estilo salomónico y en el centro un sagrario con ángeles decorando la puerta y cuatro columnas helicoidales.